sábado, 16 de febrero de 2019

ISABEL BARCELÓ: MUJERES DE ROMA


Queridos amigos:

El 8 de febrero de 2019 en nuestra actividad cultural matinal recibimos la visita de Isabel Barceló Chico para su ponencia sobre las "Mujeres de Roma".


Muy emocionada con la visita de Isabel Barceló

El encanto de esta mujer en el escenario, su cercanía en la conversación con todos nosotros, profesores y alumnos. Su sencillez, su fragilidad consciente de cristal resistente, su sabiduría expresada en los verdes ojos glaucos de Minerva, el abrazo que me regaló al llegar ex profeso desde Valencia para dedicarnos este momento.... En fin, las palabras y el pálpito de mi corazón no alcanzan a reflejar la profundidad de esta ponencia, de la charla que pudimos compartir, y del que yo ya considero mi amadrinamiento en un cambio profesional muy especial para mi vida, pues no creo que nada sea gratuito ni casual, y había de estar ella allí: la Maga, una de las mejores plumas de nuestro país y de toda la literatura. La gran reveladora de los secretos de las mujeres a lo largo de la historia y la que les ha insuflado aliento y voz en los siglos. Ella, la valiente, la grandísima y humilde mujer femenina, sutil, amable, inteligente, encantadora pero fuerte, decidida, valiente, cautivadora, audaz y resuelta: mi querida amiga Isabel Barceló, Isabel romana.


Isabel preparó un charla didiáctica y lírica acompañada de imágenes de Roma


Gracias, gracias, muchas gracias desde el corazón de las fuentes de las que me hiciste la ninfa Silana. ¡Gracias, te quiero!


Presentando a la maga de las palabras: Isabel Barceló


Era tanto, queridos amigos, lo que quería contaros sobre ella, sobre sus obras, sobre sus novelas, sobre su obra Mujeres de Roma, quizás un ensayo histórico con fuerte peso narrativo, obra incatalogable, metagenérica: estudio, y prosa poética, recuperación de memoria, arte, pintura, arquitectura, cambios urbanísticos y escultura en su narrativa. En todo caso, candidata a los Premios literarios 2019 en la Comunidad valenciana en la categoría de Ensayo.

Me declaro una rendida admiradora de su obra, por si aún no ha quedado claro, y de su persona, que de manera muy renacentista une a la expresión en sus escritos. 


Isabel Barceló y servidora de ustedes: Elena Pascual

Una hora y media compartimos con ella que se nos hizo demasiado breve y que hubiéramos querido alargar sin escatimar relojes. Pero el tiempo y la organización mandaban y nos vimos privados de su serena voz en muchos más relatos que ansiábamos. Así que, quisiera dejar constancia de las menciones, de los momentos, de la gracia, de los títulos y de las historias que pudo compartir con nosotros.


Maravillosa presentación 


Y así, las cosas, no me veré privada de mi conversión en ninfa, la ninfa Silana, que dio comienzo a una de sus obras narrativas: La fundación de Roma



Orígenes de Roma


Obra que nació al amparo de las nuevas tecnologías y de la participación interactiva de unos cuantos "blogueros" que compartíamos el gusto por la filología clásica.


Loba capitolina




Así describe Isabel a la ninfa Silana en la Fundación de Roma:


A la izquierda del camino que unía Alba Longa con el santuario de Júpiter Latiaris aún crece un bosque de encinas consagrado a la ninfa Silana, de la cual le deriva el nombre. Los orígenes de esta ninfa son tan remotos que nadie sabe qué dios la engendró, ni si su madre fue de ascendencia humana o divina. Debió ser divina, pues es sumamente hermosa y quienes penetran con buena voluntad en sus dominios sienten enseguida un ligero frescor, si es verano, o un calor reconfortante en invierno. La intensidad y dulzura de esas sensaciones delatan de inmediato la presencia de Silana y su benevolencia.


John William Waterhouse

Y pensar que he formado parte de La Fundación de Roma...


John William Waterhouse


Se dice, en efecto, que ha amado mucho y ha preservado sus amores intactos en el corazón. De ahí la tierna acogida a sus visitantes, la penumbra o claridad que les ofrece según convenga a la estación del año, e incluso el rumor con que regala sus oídos: un susurro de hojas y de piar de pájaros que semeja música, o poesía – pues a veces parecen pronunciar palabras –, o las dos cosas a la vez. Hay quien la ha visto fugazmente deslizarse entre los árboles, zigzagueante, deteniéndose un instante para asegurarse de ser vista y seguida. Así guía hasta la caverna donde tiene su morada a quienes nunca antes se habían adentrado en la espesura.


Dido, reina de Cartago


Pasada este primera y profunda emoción, recordé las novelas de nuestra querida autora:

Dido, reina de Cartago. Obra que me cambió la vida. Como tantos de nosotros, conocía la historia de Dido y Eneas a través de La Eneida de Virgilio. Ahora bien, conocer la misma historia a través de Isabel Barceló, dándole su protagonismo y su voz femenina a Dido. La mujer apasionada, inteligente y audaz que lo dio todo y dejó el mundo de los mortales por amor... 


“Apenas acabó de decir estas palabras, cuando un individuo se abrió paso entre los demás y se detuvo ante Dido. Clavó sus ojos en los de ella con extraña intensidad. Había tristeza, gratitud, admiración y dulzura en esos ojos. Y pese a todo ello parecían proceder de un abismo o haberse contagiado de la hondura marina. Eran insondables. Ningún hombre se había atrevido jamás a escudriñarla de tal modo, pero la reina se mantuvo firme y sostuvo largo tiempo esa mirada. 

-Reina Dido –dijo el extraño al fin- ante ti se inclina el troyano Eneas”.

La pasión de la reina Dido la reservo para aquellos que quieran adentrarse en el alma de Dido, por fin desnuda, gracias a la novela de  Isabel.


Andrea Sacchi



¿Y cómo no recordar a La Muchacha de Catulo, aquella Clodia, cuyo nombre poético era Lesbia? La amante, la amada, la mujer que tuvo la osadía de amar y abandonar a Catulo, por lo que este no la perdonó y pasó de dedicarle sus extraordinarios poemas apasionados del amor más entregado a las peores infamias, a la difamación.




Mejor os dejo un enlace a un vídeo que nos ilustra esta turbulenta historia a la perfección:

La muchacha de Catulo de Isabel Barceló.

Y una entrevista donde es la propia la autora la que nos cuenta de primera mano su visión sobre Clodia y Catulo y la relación entre ambos:

Entrevista sobre La muchacha de Catulo.


Sir Lawrence Alma-Tadema

Hecho este escueto pero necesario repaso, adentrémonos en el mundo de las mujeres de Roma, en las 44 protagonistas del la creación de nuestra autora:





MUJERES DE ROMA: HEROÍSMO, INTRIGAS Y PASIONES   de    ISABEL BARCELÓ CHICO

Y os remito, fundamentalmente al blog personal de la autora para que podáis disfrutar de su obra y de su propia conversación:

Blog de la autora: Isabel Barceló


Creo que también debemos agradecer a la Editorial Sargantana la decisión y la valentía de apoyar la publicación de este libro, obra metagenérica que recupera, por fin, la memoria olvidada de mujeres fundamentales para la historia de Roma, y, por tanto, para la nuestra. Esta es la introducción que nos ofrece:


BREVE INTRODUCCIÓN

Desde el rapto de las Sabinas, que marcó la fundación de Roma hace más de dos mil quinientos años, 



Jacques-Louis David


y a lo largo de los siglos, las mujeres participaron activamente de cuanto acontecía en su época y su aportación fue esencial para hacer de Roma el crisol de la cultura occidental a la vez que una ciudad inolvidable y única. De manera individual o colectiva, se singularizaron, tomaron decisiones y protagonizaron experiencias que tienen valor universal y por ello trascienden a sus propias circunstancias y a su tiempo. La inmolación de Lucrecia como forma de denuncia social; el precio que pagó Agripina la Menor por intervenir en política en tiempos de Nerón; la humillación de la pintora barroca Artemisia Gentileschi a causa de una justicia desigual, aún nos incumben.


Explicación del rapto de la Sabinas


MUJERES DE ROMA. HEROÍSMO, INTRIGAS Y PASIONES sale a buscar en la Roma actual el rastro de aquellas y otras mujeres para acompañarlas sus momentos críticos, vivirlos con ellas y tratar de comprenderlas a todas: las que se convirtieron en modelos de virtud y las que fueron machacadas por Roma; las que empuñaron las armas, las que se entregaron a Dios, las fanáticas, las seductoras, las que sirvieron como moneda de cambio. Emperatrices, esclavas, matronas, santas, cortesanas,  taberneras, todas las (queridas) mujeres de Roma.



Ponencia de Isabel

¿Qué os parece que salimos a darnos un breve paseo para conocer a alguna de ellas? No dejéis de completar su historia con la lectura de la obra, pues nos encontramos solo ante una breve semblanza en este reseña que quiero compartir con vosotros, queridos amigos.
HORACIA

Pese a la mira hosca y colérica de su hermano, volvió a pronunciar entre gritos y sollozos el nombre de su prometido. Horacio desenvainó la espada y se la clavó en el pecho. ”Vete con él –gritó iracundo-, ya que ese hombre te importa más que tu patria, tus hermanos y el honor de tu familia”. Horacia se desplomó sin dejar de gemir y él reanudó la marcha. Quienes presenciaron esa escena retrocedieron horrorizados y luego se apresuraron a socorrer a la joven, cuya túnica adquiría ya el color de la púrpura.
Lloraba la madre todas las lágrimas del mundo y con ella se estremecía la ciudad de Roma, conmovida por la tragedia. Cuatro hijos tenía esa mujer al levantarse por la mañana. Aun no terminaba el día y dos de ellos yacían helados bajo tierra; el cadáver de su hija se enfriaba abandonado junto a un camino, entre matorrales y polvo; era la madre del héroe salvador de Roma y acaba de devenir en madre de un asesino.


Jacques Louis David


LUCRECIA

“No disfrutó de la misma suerte Lucrecia. Le fue imposible volver el tiempo atrás y precaverse, ocultarse a su enemigo, descubrirlo a tiempo. (...)

De la prudencia de Lucrecia, así como de su belleza y de su juventud, se enorgullecía su marido, Tarquino Colatino. Ambos amaban la vida campesina y preferían la sencillez de los festejos rurales a los banquetes de la corte y sus sofisticados entretenimientos. Pero hasta un orgullo tan honesto encierra peligro. De haber podido adivinar el porvenir, Colatino hubiera sellado sus labios. No habría pronunciado el nombre de su mujer o, forzado a nombrarla, se habría abstenido de enaltecerla”.




Tiziano Vecellio



CLELIA

“Para garantizarse que los romanos no cambiarían de propósito durante la negociación, los etruscos tomaron rehenes: se llevaron consigo a un buen número de retoños de buenas familias, entre ellos a una muchacha llamada Clelia.

(…)Ser rehén no aseguraba su integridad. Al contrario, solo era una prenda entregada como garantía, un objeto susceptible de ser utilizado en cualquier momento para dañar a su familia o a su patria. Podrían cortarle la cabeza  y enviarla a Roma metida en un cesto para que los senadores se dieran prisa en firmar el tratado. O mandarla a calentar el lecho de Porsena o a servir de diversión a los soldados etruscos, quienes miraban con desprecio a los rehenes y se burlaban de su temor.”


Pedro Pabo Rubens



LUCRECIA BORGIA

“Sujetaba la mano de su marido con fuerza y delicadeza a la vez, como si ese contacto lo obligara a seguir respirando, como si le insuflara vigor. Se sentía cansada, aturdida y confusa, sus pensamientos tan enturbiados como el agua del mar mientras una tormenta remueve la arena del fondo.. ¿Por qué tanto odio? ¿Cuál era el motivo de semejante seña? ¿Cómo se atrevían los asesinos a llegar hasta el Vaticano? Su padre debía de actuar de inmediato, apresar a los culpables. “Dios mío, te lo ruego, sálvalo; haz que viva. Debía marcharme con él cuando huyó de Roma y me llamó a su lado. No te vayas, Alfonso, resiste esposo mío. Yo te sujeto a la vida”.



Dante Gabriel Rossetti



CORNELIA

“Cornelia suscitó en el corazón de su marido un afecto muy intenso. A la manera discreta y silenciosa del romano y pese a la diferencia de edad, Sempronio la amó con ternura. Tanto y con tanta profundidad, que prefirió su propia muerte antes que la de ella.”
NOTA:  El marido de Cornelia, Tiberio Sempronio Graco, estuvo destinado como pretor en Hispania hacia el 180 a.C. y pacificó una parte importante del territorio en la guerra contra los celtíberos.



Laurent de La Hyre

POPEA 

“Todos fingían sentirse apenados. Escucharon, como si se lo creyesen, el elogio fúnebre pronunciado poco antes por su marido, quien sólo había dicho dos verdades sobre ella: que era hermosa y le había dado una niña divina, muerta al poco de nacer. Por prudencia, los romanos acompañaban el cortejo fúnebre con las formalidades debidas, pero no dejaban de conversar y de preguntarse si, en algún momento, pudo imaginarse la difunta que ella misma, tan hábil en encender la cólera de Nerón contra sus enemigos, acabaría por ser también su víctima”. 



Popea



LA FORNARINA

“Algunos muchachitos del barrio se apostaban en las esquinas de las calles y se avisaban unos a otros: “¡Ahí viene la Fornarina!”.  Asomaban la cabeza para verla pasar y trataban de imaginarse, a través de su ropa, los pechos y las caderas, blancas y mórbidas que, según se decía, retrataba con sus pinceles, y con frecuencia, el maestro Rafael. Viéndola andar embozada y con la cabeza gacha, parecía una joven corriente. Pero mírale los ojos y la boca mientras despacha el pan; con cuánto donaire mueve esos brazos carnosos, tan tiernos y apetecibles como la hogaza que te está dando, más inocentes que el escote y la sonrisa de picardía con los que te deslumbra desde detrás del mostrador”.



La Fornarina, Rafael Sanzio



LIVIA (AUGUSTO SE ENAMORA DE LIVIA)

 “Y he aquí que, de modo inesperado, Augusto puso los ojos en ella. Quizá le sedujo la curva de su cuello, o sus senos, o su turbación cuando él la abordaba delante de cualquiera y le dirigía cumplidos subidos de tono. La juventud y discreción de la matrona debía resultarle estimulantes a aquel muchacho desenvuelto, tal vez le complacía experimentar en ella su poder. Durante mucho tiempo, la hoy apenada viuda se ruborizaba cada vez que se recordaba a sí misma regresando a la mesa del banquete después de haberla tenido que abandonar, de la mano de Augusto y en presencia de su propio marido, para satisfacer los requerimientos amorosos del nuevo amo de Roma. Ni su reputación ni su voluminoso vientre constituían para él un freno.”


Livia Drusila




ANITA GARIBALDI (LA GRAN HEROÍNA DEL SIGLO XIX)

“Anita penetró en las calles de Roma el 26 de junio de 1849. El ininterrumpido bombardeo de la artillería francesa, el más brutal que ella hubiera conocido nunca, dejaba un rastro de ruina, desolación y caos, casas derruidas, callejuelas impracticables por los escombros, heridos y muertos entre los cascotes, hospitales repletos de moribundos en cuyos pasillos no cabía un alma más. Durante los primeros días del asedio las mujeres formaron grupos para adiestrarse en el uso de las armas y, desde entonces, alternaban el combate en las murallas con la atención a los heridos en hospitales improvisados en casas e iglesias. Hasta los niños volaban en pedazos al intentar apagar con trapos húmedos las mechas de las bombas. Roma parecía ya un cadáver y, sin embargo, mantenía tenso el nervio del heroísmo.


Anita Garibaldi


Las cuestas que hoy se llaman vía Garibaldi y serpentean colina arriba envueltas en una verde placidez, fueron el camino que Anita recorrió llena de angustia aquel día. Ningún lugar ofrecía protección segura. Todo era ruido y polvo, gritos y estallidos, bombas cuyo siniestro siseo, más terrorífico que el de las víboras, reventaba al fin y escupía a su alrededor millares de pájaros de piedra. Abriéndose paso entre la destrucción y la congoja, subía por primera vez al Janículo en busca de su marido.”


Anita Garibaldi



FAUSTINA: EL AMOR DE GOETHE

"Todo el refinamiento de la corte de Weimar, las conversaciones y lecturas en sus círculos intelectuales, la frustración y crueldad derivada de los juegos de seducción que encendían el deseo pero nunca consentían realizarlo, todo eso se desvaneció y se convirtió para el poeta en pasado. Su amante romana no sabía de poesía, pero sí de la ternura de acariciar con los dedos el perfil de los labios, de mordisquear el cuello o la oreja, de abrazarlo por la espalda cuando estaba distraído. La calidez de sus brazos, sus besos acuciantes, la voracidad de sus muslos al rodearle la cintura, la manera de ofrecerle sus pechos, su mirada de devoción y de dicha, eran mucho más fuertes, más poderosos y reales que cualquier otra felicidad que hubiera disfrutado el poeta en su vida. Ella era semejante a Roma: una verdad desnuda, una sabiduría terrenal y antigua, una raíz que lo sujetaba a la tierra y le descubría su propio cuerpo, deseoso de amar y digno de ser amado. Faustina, activando los resortes de su deseo, hizo de él un hombre en el sentido más elemental y primitivo."



Sir Lawrence Alma-Tadema


FILÓTIDE

¿Pudo imaginar nunca Filótide, en sus sueños juveniles, que algún día salvaría Roma? A diferencia de las esclavas que trabajaban en el campo y de las que eran escogidas desde la infancia para el burdel, podía considerarse afortunada. Formaba parte de una familia de cierto relieve social. Vivía en una mansión en el núcleo urbano y sus obligaciones incluían el aseo personal y el aderezo de su señora, el cuidado de sus habitaciones, sus vestidos y alhajas. Sabía imitar los modales de una matrona y poseía además apostura y belleza. Ama y esclava vinieron al mundo bajo el mismo techo, casi a la par y, puesto que los hijos heredaban la condición de la madre, la una nació libre, hija de una patricia romana, y la otra esclava, por ser hija de esclava. Tal vez el amo la engendró también a ella, pero en Roma la educación lo era todo. Quien hubiera sido educada como persona libre, disfrutaría de los atributos de la libertad; la educada en la esclavitud viviría sin dignidad, ni honor, ni voluntad propia, y no se le inculcarían nociones morales o cívicas. Una esclava no era nada.

(…) Filótide jamás pudo soñar con salvar Roma: nunca tuvo sueños juveniles, porque no tenía vida propia. Su existencia estaba unida a la de su ama como la de una rama a su tronco, la de una hoja a su rama.”


Susana y los viejos de Artemisia Gentilischi


ARTEMISIA GENTILISCHI

Cuando Agostino Tassi la violó, Artemisia tenía diecinueve años. Fue una agresión brutal, especialmente violenta […]


Judith de Artemisia Gentilischi

Esa fue la primera vez que la artista pintó a Judith decapitando a Holofernes. Mientras la torturaban en público, estrangulándole con cuerdas los dedos de las manos con el fin de “arrancarle” la verdad, intentaba soportar el dolor pensando en otras cosas, en cómo Judith se armó de coraje y de una espada para cortar la cabeza de un enemigo. 



Lucrecia de Artemisia Gentilischi

Durante el examen de las parteras, quienes debían comprobar si era virgen antes de la violación.


Autorretrato de Artesia Gentilischi


O, según alegaba Tassi, se trataba de una mujer promiscua, una loba siempre en busca de hombres, ocultaba su humillación escondiéndose entre las sombras del cuadro.


BEATRICE CENCI

Beatrice Cenci


La historia de Beatrice Cenci nos hizo pararnos a todos un momento en el CEPA Rosalía de Castro, para entender los motivos de un asesinato. ¿Para justificarlo? No, no, no. En ningún caso se trataba de eso. Sí, para entender que ese crimen se hizo en defensa propia, para entender que Beatrice había sido una mujer víctima del maltrato y de los abusos, probable incesto por parte de su padre y denunciado en infinidad de ocasiones por toda la familia, mientras el Vaticano hacía caso omiso a sus denuncias.



Un público encandilado

El resultado: un crimen orquestado por la familia ante el horror de las vejaciones continuadas y el encierro al que Beatrice y su madrastra se veían sometidas. 



Mujeres maravillosas como nuestras alumnas no quisieron perderse la oportunidad de saludarla

La poca pericia y seguramente la conciencia del crimen que no querían llevar a cabo, les llevó a dejar unas huellas fácilmente detectables. De manera que Beatrice, así como sus hermanos fueron ejecutados ante un silencio acusador hacia el padre y el silencio de la autoridades y el Vaticano del pueblo de Roma.



Una foto casi en penumbra, que me gusta especialmente: Alumnas, profesoras, Isabel y Rafa, siempre ayudando y entregado al rescate de la memoria de Roma junto a Isabel.

No sé, queridos amigos, pero yo creo, que no soy yo quien debe continuar en la escritura, que sean ellas, las mujeres de Roma, unas y otras, nuestra historia directa a trave´s de ella, la maga, Isabel Barceló.



Momentos especiales



Muchas gracias a los que asististéis y aquí compartimos un vídeo sobre la grabación para que podáis volver a disfrutar de esta ponencia y para aquellos que con mucho dolor no pudieron asistir que se acerquen un poquito a esta energía tan sublime, poderosa, exquisita y sutil como la de la escritora que nos ha visitado.



Trinidad Sánchez, una maravillosa profesora con Isabel y con Rafa

PONENCIA DE ISABEL BARCELÓ: MUJERES DE ROMA






Isabel Barceló, Isabel Romana, amiga, desde mi corazón:

Muchas, muchas, gracias, vuelve pronto a Leganés con tus historias y tus obras, que iluminan nuestro camino.


¡Gracias!

Hasta pronto, queridos amigos, os esperamos por aquí. Un beso.


...


Muchas gracias. Te queremos.



9 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por el enorme trabajo que has hecho, Elena Pascuasl, de reseña y de selección de textos de tantas mujeres de cuantas hablo en el libro. Fue un enorme placer y muy emocionante este encuentro con vuestro alumnado del Cepa Rosalía de Castro de Leganes. Y una gran emoción reencontrarme contigo, mi inolvidable ninfa Silana, tan sensible a los sentimientos, anhelos y esperanzas de las mujeres. Tenéis mucha suerte de haberos encontrado en ese centro tan acogedor, con un profesorado tan comprometido. Un abrazo muy fuerte para todos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, bueno, bueno a quien tenemos por aquí, nada menos que a la autora de "Mujeres de Roma" en persona. Una de las grandes y de nuestras escritoras favoritas con las que el Cepa Rosalía de Castro se vistió de gala. Por aquí resurgieron emociones, ninfas escondidas, lecturas que transforman, mucha sabiduría, profundo conocimiento, la belleza de un viaje a Roma en el espacio y en el tiempo y mucho, mucho lirismo unido a la magia que siempre derrama con su presencia y su palabra, la maga: Isabel Barceló.

      Muchas gracias por tus palabras, querida, que nos hacen aprender, buscar, inquirir, reflexionar...

      El compromiso de los intelectuales con nuestro centro es lo que nos da la vida y lo que hace de este precioso cepa, que lleva un nombre de mujer, que tenga su propio latido.

      "Quizás nos sedujeron sus ojos glaucos unidos a su expresividad, quizás fue su discurso pausado, quizás su conocimiento, quizás su valentía, quizás su afán de hacer justicia desde la dulzura, quizás su prosa, quizás su poesía... Desde luego su presencia".

      Isabel, gracias, gracias, gracias, te queremos.

      Eliminar
    2. Buenos días/tardes/noches, soy Ricardo, alumno de Elena. No puede quedarme a terminar la actividad suya y poder escuchar toda la charla completa pero yo ya me he informado un poquito con la info que hay por internet sobre su carrera.

      Tenia algunas preguntas con muchísima curiosidad, con permiso, pondré alguna:

      Admirando muchísimo el trabajo de "mujeres de Roma" por todo lo mencionado y añadiendo la increíble paciencia sobre un trabajo tan completo, digna de admirar. Conociendo la pasión que tiene sobre Roma y todo el conocimiento que tiene, ¿Por qué decidiste especializarte con las mujeres de Roma? Particularmente estoy enamorado de Roma y ahora tendré otro motivo por el cual viajar allí, pero me encantaría ver un libro como el suyo sobre las "Mujeres de España" y al ser posible de su mano jejee.

      Y tengo otra pregunta que igual puede se puede mal interpretar y me gustaría explicarme un poco. La pregunta la haré directamente y luego me intentaré explicar jajajjaa. ¿Cómo podemos ayudar los hombres inocentes al desplazamiento de la mujer durante todo este tiempo? La pregunta la planteo porque me he criado con mujeres; Mi madre, mi hermana y mi sobrina, y desde hace unos años tengo novia, valoro su trabajo, sus esfuerzos y me preocupa a veces el termino con el que se generaliza del poder del "hombre". Yo estoy orgulloso de ver como las mujeres pueden llegar a representarme aunque hay mujeres que pueden llegar a hacer el mismo daño que antiguamente los hombres hacían... ¿Qué podríamos hacer?
      Me expongo en el blog jajajaja no se si me he explicado bien y si podría llegar a molestar el comentario, si es así no es la intención.
      Un grandísimo abrazo/beso y ojala puede ver algún día "Mujeres de España" de Isabel Barceló.
      Gracias por dejarme comentar.

      Eliminar
    3. Querido Richi:

      Muchísimas gracias por "exponerte" en el blog con esta valentía, por tus preguntas, por tus reflexiones y por compartir quiénes son las mujeres más importantes de tu vida y tus preocupaciones sobre el equilibrio de la representación de hombres y de mujeres en nuestra sociedad, que tantos de nosotros buscamos.
      Por mi parte, creo que es extraordinario que un hombre joven como eres tú, con una inquietud imparable por aprender y con unas ganas de recibir y de aportar en el mundo del arte y de la cultura, quiera leer y escuchar las palabras de una escritora de enorme relevancia en nuestro panorama literario y ensayístico actual.
      Cuántas veces me quedo yo en las preguntas, cuántas veces os consulto en el aula y espero mejorar en este empeño...

      Y cuánto me ha gustado tu comentario y tu consulta a Isabel Barceló. Vamos a ver si alguna ninfa, de esas a las que ella protege tanto, le transmite alguna mágica señal para que aparezca por aquí y nos aporte algo de luz. Coincido contigo en que ojalá este inmenso trabajo de recopilación histórica rigurosa y de ejercicio literario no pare en su pluma y sea ejemplo donde mirarnos muchos de nosotros.

      Por mi parte, hago una pequeña aportación con este poema de Gioconda Belli, que es hermosísimo, pero tan extenso que he de resumir:

      "Amo a los hombres
      y les canto [...]

      A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana
      [...]

      Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
      que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz de la tierra
      para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
      de los maremotos,
      de los ciclones, de los huracanes
      y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho
      mientras hombres y mujeres nuevos
      van naciendo erguidos
      luminosos
      como volcanes...

      Vámonos
      Vámonos
      Vámonoooos!!!"

      Un abrazo, querido Richi y muchísimas gracias por tu comentario.

      Eliminar
  2. Hola, ¡siempre tienes las palabras perfectas Elena! ¡¡Me gusta mucho este poema!! La verdad es que con un poema así, no hace falta sacar ningún debate. Gracias por compartirlo...
    Hace tiempo que me quedó claro que no se puede perder las ganas de aprender, pero no se si habrá sido tarde jajajaja da igual el tema pero siempre hay que tener algo que te inquiete y para eso...hay que buscar gente con inquietudes, ¿no?
    Esperaré la contestación de Isabel y mientras tanto seguiré dando una vueltita por el blog jejeje.
    Gracias Elena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, querido.
      No, no, nunca es tarde para aprender. Eso no lo dudes. Cada etapa de la vida tiene su momento, yo creo que hay algo de mágico en ello, no sabemos por qué los acontecimientos suceden de una manera o de otra, por qué en un determinado instante, pero quiero pensar que no todo ello es azar. ¿Por qué hemos de conocer a determinadas personas que de otro modo no se hubieran cruzado en nuestro camino? Como siempre, dejo la pregunta, la respuesta, ¡ay de mí! Me conformo con preguntar.

      Aprovecho para recomendarte una película, que supone un clásico del cine, y no sé si conocerás, se llama "Bagdad café" una película alemana de 1987 dirigida por Percy Adlon, y que nos sorprende profundamente. No quisiera desvelar su profundo y enigmático mensaje, pero no olvidaré la sentencia de un personaje cuando declara: "he llegado para olvidar mi pasado!"

      Gracias, Richi, muchas gracias por tu interés y dedicación. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Hola, Ricardo, muchísimas gracias por tus comentarios, que me parecen muy oportunos.
    Respecto al primero, la lógica de escribir sobre mujeres de Roma es sencilla: en un solo libro pude aunar mi pasión por esa ciudad y mi pasión y admiración por sus mujeres. Teniendo en cuenta que nuestra España (Hispania para los romanos) fue parte integrante y muy activa del imperio romano, que dimos tres grandes emperadores (Trajano, Adriano y Teodosio), y muchas personas muy valiosas, hablar de la ciudad que fue cuna de la civilización romana es como hablar de nuestros antepasados. Nuestra cultura le debe mucho. En el caso de mi libro, era factible vincular a las mujeres a lo largo de los siglos, es decir, abarcando un extenso periodo de tiempo, a un espacio físico limitado, es decir, a la ciudad de Roma.
    De españolas, de grandes mujeres españolas se ha escrito bastante. Lo que ocurre es que nos falta esa visión global o de conjunto que nos ayude a visibilizarlas e identificarnos con ellas. Prometo que pensaré acerca de escribir sobre ellas. Gracias por la idea.
    Respecto a la segunda cuestión que planteas, estoy de acuerdo contigo en que las mujeres, individualmente y en tanto que seres humanos con virtudes y defectos, somos, potencialmente, tan capaces de hacer daño como los hombres. Sin embargo, no es eso lo que nos dice la experiencia. El sentido de la responsabilidad de las mujeres respecto al bienestar del conjunto de su familia y de su comunidad, por ejemplo, determina que, en muchísimos lugares deprimidos del mundo, los microcréditos se concedan a las mujeres, pues ellas son garantía de que se invertirá el dinero en beneficio de todos sus miembros y no en beber y jugar… Si pensamos en el voluntariado, en las muchas asociaciones de ayuda a sus socios o a su comunidad, etc, las encontraremos a tope de mujeres. Hay algo, del orden de la empatía, de la capacidad de comprender al otro y ayudarlo, de la solidaridad, que las mujeres hemos desarrollado más.
    Quienes tienen la sartén por el mango (y disculpa esta expresión tan familiar), quienes disponen de la mayor capacidad de decidir en política, en las empresas, en la economía, en la vida cotidiana, son los varones, hoy por hoy. Y ellos, a veces sin darse cuenta, otras siendo muy conscientes, favorecen mayoritariamente a los hombres en detrimento de las mujeres. No son ellas las que, generosamente, deciden cobrar menos que su compañero de trabajo; no son ellas las que cargan por gusto con el agotador trabajo de, acabada la jornada laboral por la que cobran menos, vuelven a casa, se cuidan de llevar a los niños o a los abuelos al médico, de comprar, cocinar, tener la casa y la ropa en orden, acostar a los pequeños, atender a los ancianos, etc...No son ellas las que eligen asumir a solas la crianza de sus hijos cuando sus exmaridos dejan de pasarles la pensión a la que están obligados, y así podríamos hablar mucho de esos temas.
    Cierto que tú mismo y muchos hombres como tú, afortunadamente, valoran lo que hacen las mujeres de su familia, pero reconozcamos que los hombres no aportan a esa labor su propio esfuerzo y son ellas quienes cargan con el grueso. Ese trabajo no está valorado socialmente, ¿quién lo cuantifica? ¿Quién dice que gracias a las mujeres se sostienen las familias y el estado de bienestar? Si hubiera de pagarse a alguien que hiciera el trabajo que hacen cada una de las mujeres en sus hogares (recaderas, cocineras, enfermeras, psicólogas, cuidadoras, educadoras, y un largo etc) no alcanzaría el presupuesto nacional a pagarlo. Y, en cambio, a ellas se las retribuye con falta de aprecio (cuando no desprecio) por su trabajo en sus hogares, con salarios inferiores, con conductas machistas que no hace falta referir aquí, con trabajos precarios y de menor calidad, con su exclusión de puestos directivos y de cierta capacidad de decisión, y hasta hay hombres que creen que necesitamos que nos digan lo que nos conviene porque nosotras, pobres ignorantes, no lo sabemos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días/tardes/noches:
      ¿Cómo estamos? primeramente pido disculpas a Isabel por todo lo que he tardado en contestar, tenia pensado hacerlo de otra manera pero al final me he decidido por seguir por este pedazo de blog.

      Isabel, hablamos de responsabilidad de la mujer en varias tareas como; economía del hogar, asistencia familiar, etc. Cosa que en el tema del dinero es así como lo nombras, muchos hijos y maridos damos el dinero a nuestra mujer para administrarlo. En eso tiene toda la razón.
      En política no me meto primero porque no entiendo y segundo porque muchos de los cambios políticos favorecidos al trabajador, los han realizado mujeres por tener una igualdad, un apoyo en el hogar o en la maternidad. respecto al salario inferior... pienso que es subjetivo ya que, personalmente he trabajado en puestos similares con mujeres y ganaban mas que yo, y encima escaqueándose (como en muchos trabajos, ¿verdad?), depende del contrato que te ofrezcan ganaras mas o menos independientemente de ser hombre o mujer, aceptas o no aceptas teniendo en cuenta las necesidades de cada uno.
      Cierto es que muchas mujeres se encargan de todo, y realmente hay que ponerlas en un gran altar... pero seamos conscientes que el factor de la personalidad y la posesión tienen un gran valor aquí, por lo anteriormente dicho, muchas mujeres se dan una auto-sentencia y se disponen a realizar todo sin dejar que las ayuden, sin poder cuestionar. Obviamente cuando eliges hoy en día compartir una vida con alguien, debes de asumir colaborar en todas las tareas para no ver a la persona que quieres reprimida por llevar toda la responsabilidad del hogar, familiar... Trabajar hay que trabajar, eso es ser independiente, trabajar para ti y no por nadie, antiguamente el hombre no dejaba trabajar a la mujer, hoy día la mujer realiza trabajos muy importantes. Ojala la palabra machista desaparezca de nuestro vocabulario y empecemos a tratarnos como seres humanos, teniendo consideración por cualquier humano independientemente de su condición.
      Siento acabar el comentario haciendo un cambio de tema, pero escribiendo sin interrupciones da gusto jejeje.
      Muchas gracias por compartir tus palabras y tu tiempo.
      Un "abreso", abrazo con beso, gracias.

      Eliminar
  4. Como dice el refrán: obras son amores y no buenas razones. Nos encanta que nos alabéis y admiréis lo que hacemos, pero es claramente insuficiente. No es demasiado lo que pedimos: que se respete la libertad sexual de las mujeres; que gocen de las mismas oportunidades económicas, sociales y laborales que los hombres; que se reconozca que la maternidad es un bien inestimable que las mujeres que así lo deciden aportan a la sociedad, y que ese esfuerzo no sea castigado en sus propias carnes pues, con frecuencia, se traduce en un freno a su acceso al empleo, al desarrollo de un carrera profesional como los hombres, en pérdida de oportunidades. A estas alturas del siglo XXI, que una mujer joven tenga que elegir entre ser madre o seguir una carrera profesional a la altura de sus capacidades, porque así lo deciden los varones que se sientan en los consejos de administración o los empleadores, en general, me parece tan profundamente injusto que no tengo palabras para describirlo. La sociedad en su conjunto pierde un enorme capital de talento y de humanidad al excluir a las mujeres.
    En mi opinión, sería sumamente benéfico para todos que los hombres, a quienes se os ha educado para reprimir los sentimientos profundos que tenéis, empezarais a explorarlos: a averiguar qué es el amor (y no la posesión del otro/a), a descubrir las lágrimas, la empatía, la ternura, la satisfacción de cuidar de su propia madre, por ejemplo, y no esperar a que sea la esposa la que se ocupe de la suegra, la emoción/las emociones de ver crecer a un hijo, acompañarlo en sus pesares y en sus avances, en sus pequeñas alegrías, escucharlo, comprenderlo y dejar de lado definitivamente el clásico y brutal “ordeno y mando”.
    Hoy escuchaba en la Ser un debate de cuatro hombres, de distintos partidos políticos, sobre el tema de la mujer. Varias veces les ha peguntado la periodista, más o menos: "de este tema de la igualdad de las mujeres, ¿hablan vds. con otros hombres, con sus hijos, etc? ¿Y qué dicen?" Os aseguro que, aunque la pregunta ha sido formulada varias veces, ninguno de los allí reunidos ha respondido. Os reenvío la pregunta para que, al menos, reflexionéis sobre ella a partir de vuestra propia respuesta.
    ¿De qué habláis cuando habláis de mujeres?
    Un fuerte abrazo para tod@s.

    ResponderEliminar

Tu comentario nos enriquecerá