miércoles, 26 de noviembre de 2014

PACO IBÁÑEZ: 80 AÑOS DE CORAJE Y TALENTO


Queridos amigos:

El gigante Paco Ibáñez ha cumplido 80 años. Nacido el 20 de noviembre de 1934, las primaveras cumplidas de este cantaautor, son arrebatos artísticos robados al lienzo de la vida.

Músico comprometido, motivos para ello no le faltaban, pues conoció el exilio desde niño en Francia, la angustia de saber a su padre, militante anarquista, en un campo de trabajo para republicanos españoles, la pena de ver a su madre sacar adelante a sus cuatro hijos en un caserío de Guipúzcoa. 
 

Paco Ibáñez


En 1969 realiza un concierto mítico en el teatro Olympia de París. En esta ciudad resuenan en la canción de Paco Ibáñez las voces silenciadas en España de Miguel Hernández, Antonio Machado, Rafael Alberti, Federico García Lorca, León Felipe, Blas de Otero... La antología literaria más sentida, más profunda, más significativa se abría paso a través del arte y la valentía de Ibáñez.


 




En 1971 el gobierno español incluye a Ibáñez en su lista de artistas censurados, y aunque tras la muerte de Franco en 1975 se empieza a levantar la censura de su música, Ibáñez permanecerá aún en París unos años. No será hasta 1982 cuando lleve a cabo un añorado concierto en Madrid, será el cierre de la campaña electoral de PSOE, que ganará por primera vez las elecciones generales.


Paco Ibáñez en el cementerio de Collioure le canta a Antonio Machado


Paco Ibáñez es un extraordinario músico, un cantautor, y ante todo un poeta, que desde su sensibilidad ha sabido llevar la música a nuestros grandes versos, realizando así, seguramente, la más nutrida antología de poesía musicalizada en nuestra lengua.


Paco Ibáñez


En homenaje a Paco Ibáñez y con motivo de esta celebración de sus 80 años, me gustaría compartir con todos vosotros esta humilde antología sobre nuestro artista, desde la Edad Media hasta los poetas actuales. Una joya, una maravilla, una obra de arte.
Paco, ¡cuánto, cuánto te queremos!

 
Paco Ibáñez canta mientras Rafael Alberti recita "A galopar", entonces el tiempo se para.


Empecemos nuestro repaso con algunos temas de la Edad Media, por ejemplo, del siglo XIV, del Mester de Clerecía, es nuestro Juan Ruiz, arcipreste de Hita y este uno de sus poemas: 






Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

También al hombre necio y rudo labrador

dineros le convierten en hidalgo doctor;
Cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.

Y si tienes dinero tendrás consolación,

placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás la salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.

El crea los priores, los obispos, los abades,

arzobispos, doctores, patriarcas, potestades
a los clérigos necios da muchas dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.

El hace muchos clérigos y mucho ordenados,

muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les da por bien examinados,
a los pobres les dicen que no son ilustrados.

Yo he visto a muchos curas en sus predicaciones,

despreciar el dinero, también sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir,

más si huelen que el rico está para morir,
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

En resumen lo digo, entiéndelo mejor,

el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor,
toda cosa del siglo se hace por su amor.


Juan Ruiz, arcipreste de Hita






Del siglo XV son las célebres y bellísimas Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique:



Jorge Manrique

Recuerde el alma dormida, 
avive el seso e despierte 
contemplando 
cómo se passa la vida, 
cómo se viene la muerte 
tan callando; 
     
cuán presto se va el plazer, 
cómo, después de acordado, 
da dolor; 
cómo, a nuestro parescer, 
cualquiere tiempo passado 
fue mejor. 


            V 

Este mundo es el camino 
para el otro, qu'es morada 
sin pesar; 
mas cumple tener buen tino 
para andar esta jornada 
sin errar. 
Partimos cuando nascemos, 
andamos mientra vivimos, 
e llegamos 
al tiempo que feneçemos; 
assí que cuando morimos, 
descansamos. 


           XIII 

Los plazeres e dulçores 
desta vida trabajada 
que tenemos, 
non son sino corredores, 
e la muerte, la çelada 
en que caemos. 
Non mirando a nuestro daño, 
corremos a rienda suelta 
sin parar; 
desque vemos el engaño 
y queremos dar la vuelta 
no hay lugar. 


           XIV 

Esos reyes poderosos 
que vemos por escripturas 
ya passadas 
con casos tristes, llorosos, 
fueron sus buenas venturas 
trastornadas; 
assí, que no hay cosa fuerte, 
que a papas y emperadores 
e perlados, 
assí los trata la muerte 
como a los pobres pastores 
de ganados. 
       
    
         XXXIII 

Después de puesta la vida 
tantas vezes por su ley 
al tablero; 
después de tan bien servida 
la corona de su rey 
verdadero; 
después de tanta hazaña 
a que non puede bastar 
cuenta cierta, 
en la su villa d'Ocaña 
vino la Muerte a llamar 
a su puerta, 


          XXXIV 

diziendo: 'Buen caballero, 
dexad el mundo engañoso 
e su halago; 
vuestro corazón d'azero 
muestre su esfuerço famoso 
en este trago; 
e pues de vida e salud 
fezistes tan poca cuenta 
por la fama; 
esfuércese la virtud 
para sofrir esta afruenta 
que vos llama.' 


           XL 

Assí, con tal entender, 
todos sentidos humanos 
conservados, 
cercado de su mujer 
y de sus hijos e hermanos 
e criados, 
dio el alma a quien gela dio 
(el cual la ponga en el cielo 
en su gloria), 
que aunque la vida perdió, 
dexónos harto consuelo 
su memoria.
 
 
Jorge Manrique 







Desde el siglo XV se empezaron a recopilar extensas colecciones de romances. 

Mirad cómo siente Paco Ibáñez el Romance del Conde Niño:


 Kinuko


   Romance del conde Niño

Conde Niño por amores
es niño y pasó a la mar
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.
Mientras su caballo bebe,
él canta dulce cantar :
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar.
La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está :
- levantáos Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar,
- No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
sino es el Conde Niño
que por mi quiere finar.
- Si por tus amores pena,
¡oh, mal haya su cantar!
y porque nunca los goce,
yo le mandaré matar.
- Si le manda matar madre,
juntos nos han de enterrar.
El murió a la medianoche,
ella a los gallos cantar ;
a ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar ;
a él, como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació una rosal blanco,
de él nació un espino albar ;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina llena de envidia
ambos los mandó cortar ;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
 


Anónimo







En el barroco, siglo XVII escribe Luis de Góngora esta queja al amor, al que califica de tirano: 


François Gerard

Ciego que apuntas y atinas,
caduco dios, y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
—que murió, siendo inmortal,
de envidia de mi señora—,
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Baste el tiempo mal gastado

que he seguido a mi pesar
tus inquietas banderas,
forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
pues yo te perdono allá
cuatro escudos de paciencia,
diez de ventaja en amar.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Amadores desdichados,

que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Diez años desperdicié,

los mejores de mi edad,
en ser labrador de Amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
aré un alterado mar,
sembré una estéril arena,
cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.




Luis de Góngora

 
Una torre fabriqué

del viento en la raridad,
mayor que la de Nembrot,
y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
a la cárcel libertad,
miel dulce al amargo acíbar,
principio al fin, bien al mal.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.



 Luis de Góngora





Mirad en este otro poema de Góngora, que afán de retirarse del mundanal ruido y de las pasiones humanas,  eso sí, con un tono cómico y burlesco:


Tip Toland


Ándeme yo caliente 
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente, 

y ríase la gente.
 Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
cómo píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente, 

y ríase la gente.
 Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero, 

tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

 Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena, 

escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

 Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver a su Dama;
que yo más quiero pasar 

del golfo de mi lagar
La blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

 Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente



 Luis de Góngora







También del barroco, siglo XVII, aunque conceptista, es el genial poeta y narrador, Francisco de Quevedo. Veamos este inmortal poema que escribió sobre el poder del dinero y que Paco Ibáñez musicalizó del siguiente modo:



Francisco de Quevedo


DON DINERO 

  Poderoso caballero
es don Dinero.

  Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado                      
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.                              

  Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado                
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color,                    
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero                          
es don Dinero.

  Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales;               
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Mas ¿a quién no maravilla                 
ver en su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla,
y al cobarde hace guerrero,                 
poderoso caballero 
es don Dinero.

  Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales                  
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.                              

  Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos                     
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,               
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad;
pero, pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero                          
es don Dinero.

  Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;                    
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

  Más valen en cualquier tierra             
mirad si es harto sagaz,
sus escudos en la paz,
que rodelas en la guerra;
y pues al pobre le entierra
y hace propio al forastero,                 
poderoso caballero
es don Dinero.
 
 Francisco de Quevedo
 
 




Tampoco quiero que os perdáis este otro poema de Quevedo que supone una invectiva contra el poder del dinero y una amarga crítica contra la hipocresía social:



Vilijus Vaisvila



 ES AMARGA LA VERDAD

Pues amarga la verdad,
Quiero echarla de la boca;
Y si al alma su hiel toca,
Esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.

¿Quién hace al tuerto galán
Y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
Le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
Sin ser el Dios verdadero
El Dinero.

¿Quién con su fiereza espanta
El Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
Merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
A los cielos la cabeza?
La Pobreza.

¿Quién los jueces con pasión,
Sin ser ungüento, hace humanos,
Pues untándolos las manos
Los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
Con oro y no con acero?
El Dinero.

¿Quién procura que se aleje
Del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo toda Cristiana,
Tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
El desprecio y la tristeza?
La Pobreza.

¿Quién la Montaña derriba
Al Valle; la Hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
Aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
Vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.



Francisco de Quevedo






Antonio Machado, el poeta del amor y la melancolía, modernista y cercano también a la generación del 98 en Campos de Castilla, nos deja estos filosóficos versos en sus Proverbios y Cantares que pertenecen a Campos de Castilla, escogidos por Paco Ibáñez:


Antonio Machado


Nuestas horas son minutos, cuando esperamos saber,                    
Y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender                                  
Y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender

La envidia de la virtud hizo a Caín criminal
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio es lo que se envidia más. 
No extrañeis, dulces amigos,que esté mi frente arrugada;
Yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis 
entrañas.

Ayer soñé que veía a Dios y que a Dios hablaba;
Y soñé que Dios me oía... Después soñé que soñaba.

Bueno es saber que los vasos no sirven para beber;
Lo malo es que no sabamos para que sirve la sed.

Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es de pasar,
pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.

Hay un Español que quiere vivir y a vivir empieza,
Entre una España que muere y otra España que bosteza.

Españolito que vienes al mundo, te garde Dios;
Una de la dos Españas, he de helarte el corazón.
 
Antonio Machado 
 




Federico García Lorca, poeta y dramaturgo de la generación del 27, parecía presentir en sus versos el terrible final que le había de esperar, con sus escalofríos nocturnos de muerte. Fusilado en 1936, fue el primero de los poetas de su generación en dejarnos.

 
Federico García Lorca



En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
¡un grito!, y el cuerno
largo de la hoguera.
Caballito negro.



 Federico García Lorca






Del poeta del pueblo, Miguel Hernández, que murió con 31 años  de tuberculosis en la cárcel, es este emotivo poema dedicado a los aceituneros de Jaén:

Miguel Hernández


Andaluces de Jaén

andaluces de Jaén
aceituneros altivos
decidme en la alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos
los tres dieron hermosura
de los troncos retorcidos
andaluces de Jaén.

Andaluces de Jaén
aceituneros altivos
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.

Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.

Jaén, levántate brava,
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Andaluces de Jaén.

Andaluces de Jaén
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.



Miguel Hernández







De León Felipe, poeta zamorano, exiliado en México, es este poema salido desde las entrañas, desde el dolor de la humanidad herida a merced a los elementos, que metafóricamente podríamos leer como políticos en época de posguerra, represalias y censura, o para otros, como para León Felipe de exilio:



 
COMO TÚ

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;



 
Prasenjit Sengupta



como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...



León Felipe







José Agustín Goytisolo, poeta del siglo XX, nos deja unos de los poemas del amor paterno más hermoso que se hayan escrito:

 
Goytisolo con su hija Julia



PALABRAS PARA JULIA


Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.


 
Prasenjit Sengupta



Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.



José Agustín Goytisolo






El siguiente poema de Blas de Otero, poeta del desarraigo en la posguerra, nos invita a considerar la palabra como la herramienta fundamental del ser humano para defendernos y abrirnos camino. La palabra siempre nuestra y siempre libre:


Blas de Otero


Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.




Angel Ramiro Sanchez


Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro

puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.


Blas de Otero








El gran poeta Gabriel Celaya escribe los siguientes versos que podemos considerar poesía social, pues en ellos, se vislumbra ya una búsqueda de cambio, de trabajar unidos para salir del dolor, de la angustia existencial de los primeros momentos de la posguerra.




Gabriel Celaya



ESPAÑA EN MARCHA


Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.

Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.

Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.

Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.

Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.

No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.

España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.


Gabriel Celaya





 
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

 
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. 



 
Vilijus Vaisvila



Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
 
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.


Gabriel Celaya








Rafael Alberti, el grandísimo poeta gaditano, exiliado en diversos países, regresó a España ya en 1977. Poeta de la generación del 27, el más longevo de todos, nacido en 1902, murió en 1999. Exhibe Alberti en sus versos una enorme fuerza lírica y sino comprobémoslo, porque me gustaría que termináramos todos cantando, como lo hizo Ibáñez con Rafael Alberti, vámonos entonces "galopando" y disfrutando de la voz y de la emoción contenida del poeta y del cantautor, juntos, como la música y la poesía, siempre juntas.


Rafael Alberti



A GALOPAR

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!






                                                                  Carolina Marinaro



A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.

Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,

hasta enterrarlos en el mar!

  
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.

Galopa, caballo cuatralbo,

jinete del pueblo,

que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,

hasta enterrarlos en el mar!


Rafael Alberti

 






Amigos, espero que os haya gustado esta entrada. 

Un beso.



5 comentarios:

  1. Preciosa entrada, como todas,
    Debo confesar que volví a mi juventud con esas poesías , tan nuestras y tan cargadas de fuerza en la voz y de Paco con solo su guitarra y acompañado de la bravura y energía de nuestros inmejorables poetas.
    Debo confesar que lo poquito,poquito que se de literatura se lo debo a el.
    Su concierto en el Olimpia me incito a leer y compartir, poesia.
    Gracias Elena por tu afán de provocar en nosotros el deseo de aprender leyendo, gracias por dejarnos participar en este maravilloso blog.
    Me gustaría aportar algo .
    De Jose Agustin Goytisolo ´´El Lobito Bueno¨¨¨

    /www.youtube.com/watch?v=-7iN7PH6ADo&index=1&list=RD-7iN7PH6ADo
    Espero que la disfrutéis y si la cantáis , estoy segura que por un momento ,el punto de vista de la vida os cambiara,
    Un beso y A galopar

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    1. Querida amiga:

      Qué preciosas palabras las tuyas. No se puede expresar mejor lo que significa la fuerza de Paco unida a tan extraordinarios poetas, una conjunción que, como bien explicas, nos cambia la vida y nos hace amar la literatura, el arte.

      Muchas gracias a ti por tu generoso comentario y el entusiasmo que compartes con nosotros, muchas gracias, eres un encanto.

      Me gustaría aprovechar para dejar aquí la letra del precioso poema de Goytisolo, que dice así:

      "Érase una vez
      un lobito bueno
      al que maltrataban
      todos los corderos.

      Y había también
      un príncipe malo,
      una bruja hermosa
      y un pirata honrado.

      Todas estas cosas
      había una vez,
      cuando yo soñaba
      un mundo al revés."


      Y esta, como apuntas y yo comparto contigo, es la grandeza de los poetas, que con tanta sencillez desantrañan los misterios del mundo y del alma humana.

      A galopar, querida amiga, a galopar. Un abrazo enorme para ti.

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  2. Dulce y celestial Elena:

    Me decido, al fin, a compartir contigo y con la familia poética del "Rosalía" mis humildes adaptaciones. Están hechas con cariño y respeto profundo por nuestros grandes creadores (Machado, Bécquer...).

    Quiero comenzar mi colaboración en tu blog con una adaptación de la Rima XXI de Gustavo Adolfo Bécquer.

    Un beso.


    ¿Qué es poesía?,
    dices mientras me miras
    con esos bellos ojos
    que iluminan tu cara
    con su radiante luz.
    ¿Y tú me lo preguntas?
    Poesía es esa dulce sonrisa
    que me regalas tú.



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  3. Dulce, celestial y sublime Elena:

    Gracias y mil gracias por tus generosísimos e inmerecidos elogios. No encuentro palabras que me ayuden a elogiar como se merecen tu valía y tus méritos. Por eso quiero usar las tuyas y decirte: ¡¡¡Pues anda que tú!!!

    Elena, océano de sabiduría, ¡existe el centón y existe Ausonio! Eres una genio. Me gusta mi seudónimo. Muchas gracias y un beso.

    Ahora, del caballero para su dama, un ¿centón? inspirado en el poema “La plaza tiene una torre”, de don Antonio Machado:


    La plaza tiene una torre,
    la torre tiene un balcón,
    en el balcón una dama
    está escribiendo en su blog.

    Ha pasado un caballero,
    él sabe por qué pasó.
    Se ha prendado de la dama,
    de la dama y de su blog.
    Su dulzura y sus encantos
    le han robado el corazón.

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    1. Mi Reverenciado Caballero de la blanca Luna:

      Que tiemble Ausonio, que estos centones que vuestra merced escribe como si brotaran versos en la maleza del devenir cotidiano, son magia pura, un milagro de la inspiración y la belleza.

      Anonadada me deja vuestra merced, de manera que solo me resta sonrojarme y agracederos tanta gentileza.

      Qué hallazgo el combinar la voz con otra voz que te ha tocado, qué mecerse las hojas en el viento del arrebato místico, oh, cuánto admiro esta capacidad de responder a los más grandes, al universo poético que olvida los siglos para volver a vestir su gracia y su hermosura.

      Algo así como definió en un emotivo poema, mi amado Rainer Maria Rilke, en su deliciosa "Canción de amor", y que yo humildemente os dedico a vos, Caballero de la blanca Luna :

      "¿Cómo sujetar mi alma para
      que no roce la tuya?
      ¿Cómo debo elevarla
      hasta las otras cosas, sobre ti?
      Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
      en un rincón extraño y mudo
      donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

      Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
      nos une, como un golpe de arco,
      que una sola voz arranca de dos cuerdas.
      ¿En qué instrumento nos tensaron?
      ¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
      ¡Oh, dulce canto!"

      ¡Bravo, Maestro! Mil gracias os debo, tantas como viene vuestra merced derramando.

      Un fuerte abrazo, amigo queridísimo.

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