miércoles, 19 de mayo de 2021

JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD: GRACIAS POR TU LITERATURA

 Queridos amigos:

Le brindamos este homenaje a nuestro admirado escritor José Manuel Caballero Bonald, que se nos fue el 9 de mayo de 2021, dejándonos rotos de dolor pero consolados siempre con sus maravillosos escritos.


José Manuel Caballero Bonald


Gran figura de la literatura española, fue Premio Cervantes de Literatura 2012, Premio Nacional de las Letras Españolas en 2005, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2004, Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2009.

Autor de la generación del 50, sus poemas y sus novelas no nos pueden dejar indiferentes, conmoviéndonos siempre hasta la emoción más pura y profunda.

Comencemos nuestro paseo literario a través de los versos, las palabras, las emociones de nuestro querido escritor.

 

José Manuel Caballero Bonald



ANTERIOR A TU CUERPO ES ESTA HISTORIA

que hemos vivido juntos
en la noche inconsciente. 


Sylvie Guillot


Tercas simulaciones desocupan
el espacio en que a tientas nos
buscamos,
dejan en las proximidades
de la luz un barrunto
de sombras de preguntas nunca
hechas.


Sylvie Guillot



En vano recorremos
la distancia que queda entre las últimas
sospechas de estar solos,
ya convictos acaso de esa interina
realidad que avala siempre
el trámite del sueño. 

 

 Artodyssey: Francois Fressinier

                                                                   Francois Fressinier


ESPERA

Y tú me dices 

que tienes los pechos rendidos de esperarme, 

que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo, 

 

 Ruth Shively

 

que has perdido hasta el tacto de tus manos  

de palpar esta ausencia por el aire, 

que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
 

  Ruth Shively

 

Y tú me lo dices que sabes   

que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre, 

de lastimar mis labios con la sed de tenerte, 

 

 Ruth Shively

 

de darle a mi memoria, registrándola a ciegas, 

una nueva manera de rescatarte en vano 

desde la soledad en la que tú me gritas 

 que sigues esperándome. 

 

 Ruth Shively


Y tú me lo dices que estás tan hecha  

a esta deshabitada cerrazón de la carne  

que apenas si tu sombra se delata,  

 

Ruth Shively

que apenas si eres cierta 

en esta oscuridad que la distancia pone 

entre tu cuerpo y el mío.


                                                                           Ruth Shively

 

A BATALLAS DE AMOR, CAMPO DE PLUMAS

Ningún vestigio tan inconsolable
como el que deja un cuerpo
entre las sábanas
                             y más
cuando la lasitud de la memoria
ocupa un espacio mayor
del que razonablemente le corresponde.


Sylvie Guillot


Linda el amanecer con la almohada
y algo jadea cerca, acaso un último
estertor adherido
a la carne, la otra vez adversaria
emanación del tedio estacionándose
entre los utensilios de la noche.


Katie Young


Despierta, ya es de día, mira
los restos del naufragio
bruscamente esparcidos
en la vidriosa linde del insomnio.


Alexandre Montoya


Sólo es un pacto a veces, una tregua
ungida de sudor, la extenuante
reconstrucción del sitio
donde estuvo asediado el taciturno
material del deseo.


Alexandre Montoya


                              Rastros
hostiles reptan entre un cúmulo
de trofeos y escorias, amortiguan
la inerme acometida de los cuerpos.
A batallas de amor campo de plumas.


Katie Young



CENIZA SON MIS LABIOS

En su oscuro principio, desde
su alucinante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.
Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la nada
original de la que el ser es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos cegados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un recuerdo hondísimo
para emerger hacia canciones,
puro dolor atónito de un labio, el elegido
que en cenizas transforma
la interior llama viva del humano.


José Parra

Quizá solo para luchar acecha, permanece dormido o silencioso
llorando, besando el terso párpado rosa,
el pecho triste de la muchacha amada;
quizá solo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza...

George Yepes



DESENCUENTRO

Esquiva como la noche,
como la mano que te entorpecía,
como la trémula succión
insuficiente de la carne;
esquiva y veloz como la hoja
ensangrentada de un cuchillo,
como los filos de la nieve, como el esperma
que decora el embozo de las sábanas,
como la congoja de un niño
que se esconde para llorar.


Alexandre Montoya




Tratas de no saber y sabes
que ya está todo maniatado,
allí
donde pernocta el irascible
lastre del desamor, sombra
partida por olvidos, desdenes,
llave que ya no abre ningún sueño:

La ausencia se aproxima
en sentido contrario al de la espera.


Alexandre Montoya


NOMBRE ENTREGADO

Tú te llamabas Carmen
y era hermoso decir una a una tus letras,
desnudarlas, mirarte en cada una
como si fuesen ramas distintas de alegría,
distintos besos en mi boca reunidos.


Alexandre Montoya


Era hermoso saberte con un nombre
que ya me duele ahora entre los labios,
me sangra entre los labios como el moho de una fruta,
como algo que yo querría nombrar constantemente
y me estuviese amordazando con su olvido,
con su apremiante negación de ser,
porque es inútil repetir lo que termina en nada.


José Parra


Es posible que ya no puedas tú tener un nombre,
encerrar en un nombre tu ternura,
tus verdes ojos dulces,
la dorada humedad de tu cabello,
que ya no puedes responderme si te llamo,
si te sigo llamando y nada me devuelve
la ilusoria constancia de que aún eres cierta.


Sarah Ryhanen


Ahora es de noche y tú no tienes nombre,
a nadie pertenecen tu voz, tus adjetivos,
mientras cae la lluvia
mansamente y es más frágil la vida
cuando al llamarte sé que ya no tienes nombre.



Françoise de Felice


¿Es verdad que te has ido para siempre,
que no podremos ya mirar los árboles mojados,
la lenta pesadumbre de las tardes calladas,
el nocturno temor que a nuestro amor unía?
¿Es verdad que tu boca se irá deshabitando
sin responder a nadie ni siquiera en silencio,
que ya no cabré nunca en tu mirada,
en tus manos que guardan mi latido en su piel?



Françoise de Felice



No puedo imaginar que alguien te llame
allí por ese reino donde ahora enmudeces
mordiéndote los labios como entonces
y tú vuelvas los ojos para ver si es posible
que tengas todavía un nombre en que esconderte,
un nombre que estacione la vida entre sus letras,
que sea vanamente igual que Carmen,
porque ahora es de noche y tú no tienes nombre.





Françoise de Felice


Pero entonces he mirado la luz,
los péndulos furtivos del otoño,
los hombres que caminan y caminan,
las aves del regreso, torpes ya con el frío,
estos libros que ardieron con nuestros ojos juntos,
mis padres, mis hermanos, con sus sombras gemelas,
mi amigo Juan Valencia, que está a mi lado y no
me habla, y sé que estoy viviendo,
he aprendido que son las cosas quietas
las que evidencian mi razón de cada día,
que eres tú quien te has ido a una gran soledad,
quien no puedes volver con aquel nombre tuyo,
con aquel cuerpo ajeno y transeúnte que tenías,
con algo que no sea caricia o beso o lágrima
y lo convoque todo a una historia única
donde decir tu nombre equivalga también a poseerte.




Françoise de Felice



Porque es triste y es también preciso
comprender que eso es vivir: ir olvidando,
consistir en palabras que están llamando a nadie,
saber que es una grieta súbita
la que arrasa y corrompe la más cierta esperanza,
saber que es el desamor
quien detrás de lo más amado espera
para poder seguir viviendo
a pesar de la noche y tu nombre entregado.


Françoise de Felice


Esperamos que hayáis disfrutado intensamente de este maravilloso viaje por la literatura de nuestro gran autor.


Un beso.


...


 

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