Vengo con una triste noticia, la desaparición de nuestro amado poeta Juan Gelman.
Juan Gelman |
Poeta del que hemos hablado tantas veces en clase y cuyos poemas hemos compartido en varias ocasiones, ya era amigo espiritual de nuestro blog.
Juan Gelman |
La pena y la desolación por la pérdida de uno de los más grandes poetas actuales, que ya era un clásico, premio Cervantes en el 2007, me embarga.
Gelman recibe el Premio Cervantes |
Ha sido Gelman una de las personalidades más influyentes en las letras y un autor personalísimo, transido de dolores, de esperanzas, ilusiones, pasiones sangrantes. El comprometido poeta argentino.
Juan Gelman radiante en Alcalá de Henares, en cuyo paraninfo se celebra la entrega del Premio Cervantes |
Muy difícil se me hace dedicarle este homenaje, cuento con vuestro apoyo y cariño para transformar el dolor en creación.
Juan Gelman con los Reyes de España |
Hemos de sumergirnos en su libérrimo universo, en su tono único, innovador, en su voz arrebatada, en su delirio lírico, en su quemante amor, en el dolor que se le clavó para siempre en el alma por su terrible historia personal: el asesinato de su hijo a manos de la dictadura argentina y la desaparición de su nieta.
Juan Gelman pronuncia su discurso como ganador del Premio Cervantes de Literatura |
Una vida intensa ligada a la tragedia personal y a un significado literario pleno de penetrantes, potentes, profundas y sensibles resonancias.
Juan Gelman |
El valor poético de su obra es incuestionable. Dediquémosle sus merecidos honores, con la veneración que le profesamos, con la admiración tan grande que sentimos.
Tendremos que continuar adelante, Maestro, sin la luz de tu aura, de tu latido. Nos quedan tus obras ahora y para siempre, y su lectura apasionada nos dará lugar a comunicarnos con otros, descendientes de nuestro tiempo, a los que no conoceremos, sino de algún prodigioso modo. Gracias por tu inmenso legado, lo honraremos y lo veneraremos como merece, que tu desgarrado corazón no tenga ninguna duda de ello.
Descanse en paz el hombre, siga alumbrándonos su espíritu.
Juan Gelman |
Os dejo un enlace al discurso completo que pronunció al recibir el Premio Cervantes. No obstante, no quisiera dejar de reproducir un fragmento exquisito del mismo. Con todo mi cariño hacia el Maestro, el texto dará lugar al encuentro con algunos de sus magníficos poemas.
Juan Gelman |
Creo, sin embargo, como el historiador y filósofo Juan Carlos Rodríguez,
que el Quijote es una gran novela de amor. Del amor imposible. En el
amor se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da y ahí está la
presencia del ser amado nunca visto, el amor a un mundo más humano nunca
visto y torpemente entrevisto, el amor a una mujer que no es y a una
justicia para todos que no es. Son amores diferentes pero se juntan en
un haz de fuego. ¿Y acaso no quisimos hacer quijotadas en alguna
ocasión, ayudar a los flacos y menesterosos? ¿Luchando contra molinos de
aspas de acero, que ya no de madera? ¿Despanzurrando odres de vino en
vez de enfrentar a los dueños del dolor ajeno? ¿“En este valle de
lágrimas, en este mal mundo que tenemos –dice Sancho–, donde apenas se
halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”?
Juan Gelman, orgulloso ganador del Premio Cervantes de Literatura |
Veamos algunos de sus fascinantes poemas:
Juan Gelman |
Fábricas del amor nos lo dejó un buen amigo en un comentario del blog, ¿recordáis la maravilla?
Fábricas del amor
Y construí
tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
Gotán
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
Lo que pasa
Yo te
entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
Presencia del otoño
Debí decir
te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú,
recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por
él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
Oración
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Mujeres
decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas 12397
mujeres en su mujer era difícil saber con quién trataba uno en ese pueblo de mujeres ejemplo:
yacíamos en un lecho de amor
ella era un alba de algas fosforescentes
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que aullaban
recuerdo cuando se
apareció envuelta en rosas de agadirdecir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito debía tener unas 12397
mujeres en su mujer era difícil saber con quién trataba uno en ese pueblo de mujeres ejemplo:
yacíamos en un lecho de amor
ella era un alba de algas fosforescentes
cuando la fui a abrazar se convirtió en singapur llena de perros que aullaban
parecía una constelación en la tierra
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha
como el sol que se ponía en su voz
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno
y cuando se dio vuelta
su nuca era el plan económico
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la dictadura militar
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer
yo estaba ligeramente desconcertado
una noche le golpié el hombro para ver con quién era y vi en sus ojos desiertos un camello
a veces
esa mujer era la banda municipal de mi pueblo
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar
y los demás desafinaban con él
esa mujer tenía la memoria desafinada
usté podía amarla hasta el delirio
hacerle crecer días del sexo tembloroso
hacerla volar como pajarito de sábana
al día siguiente se despertaba hablando de malevich
la memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo que le pateó la infancia una noche del ser
ellaba mucho esa mujer y
la devoraron todos los fantasmas que pudo alimentar con sus miles de mujeres
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo
yo compañeros una noche como ésta que nos empapan los rostros que a lo mejor morimos
monté en el camellito que esperaba en sus ojos y me fui de las costas tibias de esa mujer
callado como un niño bajo los gordos buitres que me comen de todo menos el pensamiento de cuando ella se unía como un ramo de dulzura y lo tiraba en la tarde
Ausencia de amor
Cómo será
pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será
acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya
como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo
que debiera.
Tu pie. Tu mano.
Tu pie. Tu mano.
Espero que os haya gustado esta pequeña selección. Os invito a participar en este humilde homenaje a nuestro amado poeta. Muchas gracias.
Gracias por darnos a coner a tan maravilloso escritor de la Señora poesía, Poeta del Mar.
ResponderEliminarComo siempre enriqueciéndonos el alma y las ganas de conocer inmortales que nos enseñan una vez más como escribir la vida con elegancia.
Un beso amiga.
Mi Sigorita:
EliminarSiempre tus palabras dulces y bellas. Gracias a ti por compartir este humilde homenaje a un gigante, que como tú tan bién has definido "ha sabido escribir la vida con elegancia". Muchas gracias, Sigorita, cuánto me ilumino pensando en cómo tu alma recibe sus poemas.
Un abrazo, querida poetisa.
Buenas noches Elena.
ResponderEliminarReencontró a su nieta robada 23 años después.
Dafne
Querida Dafne:
EliminarMuchísimas gracias por tu información. Sí, parece que sí la encontró después de tanto tiempo, y que la discreción marcó el tono de ese encuentro para preservar la privacidad de la joven Macarena, que ha debido también sufrir una fuerte impresión.
Mi estimada ninfa, gracias por colaborar y por tu preocupación emocionada ante el sufrimiento de nuestro queridísimo poeta.
Un fuerte abrazo, querida Dafne.
EL JUEGO EN QUE ANDAMOS
ResponderEliminarSi me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
El juego en que andamos (1959)
Dafne
Querida Dafne:
EliminarGrande es el poema que nos traes. Esa voz tan pesonal de Gelman destila los sentimientos de la contradicción en que vivimos los seres humanos. Y es que, a veces, debemos aceptar con más cariño nuestra imperfección y no angustiarnos ante la búsqueda del imposible, simplemente conocer con humildad el juego en el que andamos.
Es maravilloso este poema. Muchísimas gracias, querida Dafne por participar en este sentido homenaje y dar conocer un pedacito más de su obra. Ya ves, qué grande era.
Muchas gracias, ninfa reverenciada, un fuerte abrazo.