Queridos amigos:
Estamos de enhorabuena, es un placer como pocos, presentarles a las finalistas de nuestro concurso de lectura en voz alta, que aunque suponga una etapa previa de selección para nuestra intervención en el concurso Intercepas de la Comunidad de Madrid, ya supone un orgullo que podamos presumir de alumnos que nos han presentado un trabajo impecable, tan esforzado y hermoso.
Aunque se nos han quedado muchos participantes extraordinarios en el tintero, teníamos que tomar una decisión. Si bien, no nos olvidamos de las textos, de las lecturas escogidas por muchos de nuestros compañeros que dieron lo mejor de sí mismos. Todos, todos vosotros nos habéis regalado una jornada increíble, llena de emociones y un verdadero festín literario que nos ha alimentado el espíritu. Así que, muchas gracias a todos los participantes, y que este gusto por la lectura no decaiga, esperemos con la colaboración de todos, continuar con estas bonitas jornadas en ocasiones venideras. Felicidades y muchas gracias por todo lo que nos habéis enseñado a todos los participantes.
Bernard Scholl |
Ahora, pues, lo que toca es centrarnos en la figura y en el texto de nuestros ganadores y finalistas.
Nuestra ganadora de Secundaria es Laura Rodrigo Palomo del grupo de 2º E de Secundaria, (que nos representará en el certamen intercepas de la Comunidad de Madrid de Lectura en voz alta en la categoría de Enseñanza Secundaria). Enhorabuena, querida Laura.
Laura Rodrigo Palomo |
Y nuestra alumna finalista de Secundaria es Pilar Encinar del grupo 2º C de Secundaria (que será nuestra alumna suplente en el certamen intercepas de la Comunidad de Madrid de lectura en voz alta en la categoría de Enseñanza Secundaria). Enhorabuena, querida Pilar.
Pilar Encinar (Nuestra finalista en el CEPA de Secundaria) |
Mientras que en Enseñanzas Iniciales, nuestra alumna ganadora ha sido Raquel Vizárraga Vizárraga de 4ºC (que nos representará en el certamen intercepas de lectura en voz alta de la Comunidad de Madrid en la categoría de Enseñanzas Iniciales). Enhorabuena, querida Raquel.
Raquel Vizárraga Vizárraga (Nuestra ganadora de Iniciales en el CEPA) |
Y nuestra alumna finalista de Enseñanzas Iniciales ha sido Antonia Ortiz Domingo de 4º A (que nos representará en el certamen intercepas de lectura en voz alta de la Comunidad de Madrid en la categoría de Enseñanzas Iniciales). Enhorabuena, querida Antonia.
Antonia Ortiz Domingo (nuestra Suplente en el CEPA de Iniciales) |
Felicidades, queridas compañeras, por vuestra dedicación y por el trabajo tan bonito que habéis llevado a cabo. Por hacer tan vuestros los textos que nos habéis ofrecido y por superar los nervios de una puesta en escena en público con tanta valentía y aplomo. Cuánto hemos aprendido de vosotras. ¡Gracias, gracias, de corazón!
Ahora nos toca emplazaros a nuestra próxima cita que será: el miércoles, 27 de MARZO de 2019, donde daremos lugar a la Celebración de la final del V Concurso Intercepas de Lectura en Voz Alta de centros de la Comunidad de Madrid en el TEATRO JOSEP CARRERAS (Calle Oviedo, s/n - FUENLABRADA) a las 17,00 horas.
Bernard Scholl |
Y, a continuación, cómo no, deleitémonos con los textos escogidos por nuestras compañeras, conozcamos un poquito más, cuáles fueron los autores y los personajes que tomaron vida en la tarde mágica del 28 de febrero de 2019 durante las sesiones matinal y vespertina de lectura en voz alta.
NADA DE CARMEN LAFORET
ALUMNA LECTORA: LAURA RODRIGO PALOMO DE 2º E DE SECUNDARIA
Un rato
después, en el jardín, Román se daba cuenta de algo de aquella extática
adoración que yo sentía por él y jugaba conmigo con la curiosidad cínica con
que un gato juega con el ratón que acaba de cazar. Entonces fue cuando me pidió
mi trenza.
»—No eres
capaz de cortártela para mí —dijo, brillándole los ojos.
»Yo no había
soñado siquiera una felicidad mayor que la de que él me
pidiera algo. La magnitud del sacrificio era tan grande, sin embargo, que me
estremecía. Mi cabello, cuando yo tenía dieciséis años, era mi única belleza.
Aún llevaba una trenza suelta, una única, gordísima trenza que me resbalaba
sobre el pecho hasta la cintura. Era mi orgullo. Román la miraba día tras día
con su sonrisa inalterable. Alguna vez me hizo llorar esa mirada. Por fin no la
pude resistir más y después de una noche de insomnio, casi con los ojos
cerrados, la corté. Tan espesa era aquella masa de cabellos y tanto me
temblaban las manos que tardé mucho tiempo. Instintivamente me apretaba el
cuello como si un mal verdugo tratara torpemente de cercenarlo. Al día
siguiente, al mirarme al espejo, me eché a llorar. ¡Ah, qué estúpida es la
juventud!... Al mismo tiempo un orgullo humildísimo me corroía enteramente.
ALUMNA LECTORA: RAQUEL VIZÁGARRA VIZÁRRAGA DE 4º C DE INICIALES
La nuestra fue una historia de amor épica, y no
profundizaré más en el tema para no hundirme en un mar de lágrimas.
Gus lo sabía. Gus lo sabe.
No voy a contaros nuestra historia de amor porque,
como todas las historias de amor reales, morirá con nosotros, como debe ser.
Esperaba que él me hiciera un discurso fúnebre a mí, porque nadie podría
haberlo hecho mejor …
-No puedo hablar de nuestra historia de amor, así
que hablaré de matemáticas.
No soy matemática, pero de algo estoy segura: entre
el 0 y el 1 hay infinitos números.
Están el 0´1, 0´12, 0´112 y toda una infinita
colección de otros números.
Por supuesto, entre el 0 y el 2 también hay una
serie de números infinitos, pero mayor, y entre el 0 y un millón.
Hay infinitos más grandes que otros. Nos lo
enseñó un escritor que nos
gustaba.
En estos días, a menudo siento que me fastidia que
mi serie infinita sea tan breve.
Quiero más números de los que seguramente podré
obtener, y quiero más números para Augustus de los que obtuvo. Pero, Gus, amor
mío, no puedo expresar lo mucho que te agradezco nuestro pequeño infinito.
No lo cambiaría por el mundo entero. Me has dado una
eternidad en esos días contados, y te doy las gracias.
ALUMNA SUPLENTE DE SECUNDARIA: PILAR ENCINAR (de 2º C de Secundaria)
¡Es verdad! He sido nervioso; muy nervioso,
tremendamente nervioso. Y lo soy aún. Con la enfermedad mis sentidos se
agudizaron, no se destruyeron ni embotaron. Y por encima de todos estaba la
agudeza de mi oído. Oía todo cuanto hay que oír en el cielo y en la tierra. Y
oía muchas cosas en el infierno. Entonces… ¿cómo puedo estar loco? Escuchen y
vean con qué cordura, con qué calma les puedo contar toda la historia.
No me es posible decir cómo me
vino la idea a la cabeza por primera vez. Pero sí que una vez concebida me
obsesionó día y noche. No había ningún motivo. No tenía ninguna pasión. Yo
quería al viejo. Nunca había sido injusto conmigo. Jamás me había insultado. Yo
no deseaba su oro. ¡Creo que fue su ojo! Sí, eso fue. Tenía un ojo de buitre, un
ojo azul pálido recubierto con una telilla. Cada vez que este ojo caía sobre mí
se me helaba la sangre. Y así, paso a paso, muy gradualmente, me decidí a matar
al viejo y librarme de este modo, para siempre, de aquel ojo.
ALUMNA SUPLENTE DE INICIALES: ANTONIA ORTIZ
DOMINGO DE 4ºA
¿QUÉ ME QUIERES, AMOR? DE MANUEL RIVAS
(CUENTO: LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS)
Creo que nunca he corrido tanto como aquel
verano anterior a mi ingreso en la escuela. Corría como un loco y a veces
sobrepasaba el límite de la Alameda y seguía lejos, con la mirada puesta en la
cima del monte Sinaí, con la ilusión de que algún día me saldrían alas y podría
llegar a Buenos Aires. Pero jamás sobrepasé aquella montaña mágica. "¡Ya
verás cuando vayas a la escuela!"
Mi padre contaba como un tormento, como si le
arrancaran las amígdalas con la mano, la forma en que el maestro les arrancaba
la “jeada” del habla, para que no dijesen “ajua” ni “jato” ni “jracias”.
"Todas las mañanas teníamos que decir la frase: “Los pájaros de
Guadalajara tienen la garganta llena de trigo”. ¡Muchos palos llevamos por
culpa de “Juadalagara”! Si de verdad
me quería meter miedo, lo consiguió. La noche de la víspera no dormí. Encogido
en la cama, escuchaba el reloj de pared en la sala con la angustia de un
condenado. El día llegó con una claridad de delantal de carnicero. No mentiría
si les hubiese dicho a mis padres que estaba enfermo.
El miedo, como un ratón, me roía las
entrañas.
Y me meé. No me meé en la cama, sino en la
escuela.
Lo recuerdo muy bien. Han pasado tantos años
y aún siento una humedad cálida y vergonzosa resbalando por las piernas. Estaba
sentado en el último pupitre, medio agachado con la esperanza de que nadie
reparase en mi presencia, hasta que pudiese salir y echar a volar por la
Alameda.
-A ver, usted, ¡póngase de pie!
¡Vaya banquete para el alma y para las Letras!
Esperamos que disfrutéis de los textos nuevamente. Y, por supuesto, esperamos vuestros comentarios. Un beso, queridos.
Hasta pronto.
...
Ouka Fukui |
Esperamos que disfrutéis de los textos nuevamente. Y, por supuesto, esperamos vuestros comentarios. Un beso, queridos.
Hasta pronto.
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