Queridos amigos:
El gigante Paco Ibáñez ha cumplido 80 años. Nacido el 20 de noviembre de 1934, las primaveras cumplidas de este cantaautor, son arrebatos artísticos robados al lienzo de la vida.
Músico comprometido, motivos para ello no le faltaban, pues conoció el exilio desde niño en Francia, la angustia de saber a su padre, militante anarquista, en un campo de trabajo para republicanos españoles, la pena de ver a su madre sacar adelante a sus cuatro hijos en un caserío de Guipúzcoa.
En 1969 realiza un concierto mítico en el teatro Olympia de París. En esta ciudad resuenan en la canción de Paco Ibáñez las voces silenciadas en España de Miguel Hernández, Antonio Machado, Rafael Alberti, Federico García Lorca, León Felipe, Blas de Otero... La antología literaria más sentida, más profunda, más significativa se abría paso a través del arte y la valentía de Ibáñez.
En 1971 el gobierno español incluye a Ibáñez en su lista de artistas censurados, y aunque tras la muerte de Franco en 1975 se empieza a levantar la censura de su música, Ibáñez permanecerá aún en París unos años. No será hasta 1982 cuando lleve a cabo un añorado concierto en Madrid, será el cierre de la campaña electoral de PSOE, que ganará por primera vez las elecciones generales.
Paco Ibáñez en el cementerio de Collioure le canta a Antonio Machado |
Paco Ibáñez es un extraordinario músico, un cantautor, y ante todo un poeta, que desde su sensibilidad ha sabido llevar la música a nuestros grandes versos, realizando así, seguramente, la más nutrida antología de poesía musicalizada en nuestra lengua.
Paco Ibáñez |
En homenaje a Paco Ibáñez y con motivo de esta celebración de sus 80 años, me gustaría compartir con todos vosotros esta humilde antología sobre nuestro artista, desde la Edad Media hasta los poetas actuales. Una joya, una maravilla, una obra de arte.
Paco, ¡cuánto, cuánto te queremos!
Empecemos nuestro repaso con algunos temas de la Edad Media, por ejemplo, del siglo XIV, del Mester de Clerecía, es nuestro Juan Ruiz, arcipreste de Hita y este uno de sus poemas:
Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
También al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
Cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.
Y si tienes dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás la salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.
El crea los priores, los obispos, los abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades
a los clérigos necios da muchas dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.
El hace muchos clérigos y mucho ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les da por bien examinados,
a los pobres les dicen que no son ilustrados.
Yo he visto a muchos curas en sus predicaciones,
despreciar el dinero, también sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.
Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir,
más si huelen que el rico está para morir,
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.
En resumen lo digo, entiéndelo mejor,
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor,
toda cosa del siglo se hace por su amor.
Juan Ruiz, arcipreste de Hita
Del siglo XV son las célebres y bellísimas Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique:
Jorge Manrique |
Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.
V
Este mundo es el camino
para el otro, qu'es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
e llegamos
al tiempo que feneçemos;
assí que cuando morimos,
descansamos.
XIII
Los plazeres e dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
non son sino corredores,
e la muerte, la çelada
en que caemos.
Non mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta
no hay lugar.
XIV
Esos reyes poderosos
que vemos por escripturas
ya passadas
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
assí, que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
e perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
XXXIII
Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que non puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa d'Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta,
XXXIV
diziendo: 'Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
e su halago;
vuestro corazón d'azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
e pues de vida e salud
fezistes tan poca cuenta
por la fama;
esfuércese la virtud
para sofrir esta afruenta
que vos llama.'
XL
Assí, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos e hermanos
e criados,
dio el alma a quien gela dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió,
dexónos harto consuelo
su memoria.
Jorge Manrique
Desde el siglo XV se empezaron a recopilar extensas colecciones de romances.
Mirad cómo siente Paco Ibáñez el Romance del Conde Niño:
Conde Niño por amores
es niño y pasó a la mar
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.
Mientras su caballo bebe,
él canta dulce cantar :
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar.
La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está :
- levantáos Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar,
- No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
sino es el Conde Niño
que por mi quiere finar.
- Si por tus amores pena,
¡oh, mal haya su cantar!
y porque nunca los goce,
yo le mandaré matar.
- Si le manda matar madre,
juntos nos han de enterrar.
El murió a la medianoche,
ella a los gallos cantar ;
a ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar ;
a él, como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació una rosal blanco,
de él nació un espino albar ;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina llena de envidia
ambos los mandó cortar ;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
Anónimo
Mirad cómo siente Paco Ibáñez el Romance del Conde Niño:
Kinuko |
Romance del conde Niño
es niño y pasó a la mar
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.
Mientras su caballo bebe,
él canta dulce cantar :
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar.
La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está :
- levantáos Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar,
- No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
sino es el Conde Niño
que por mi quiere finar.
- Si por tus amores pena,
¡oh, mal haya su cantar!
y porque nunca los goce,
yo le mandaré matar.
- Si le manda matar madre,
juntos nos han de enterrar.
El murió a la medianoche,
ella a los gallos cantar ;
a ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar ;
a él, como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació una rosal blanco,
de él nació un espino albar ;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina llena de envidia
ambos los mandó cortar ;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
Anónimo
En el barroco, siglo XVII escribe Luis de Góngora esta queja al amor, al que califica de tirano:
François Gerard |
Ciego que apuntas y atinas,
caduco dios, y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
—que murió, siendo inmortal,
de envidia de mi señora—,
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Baste el tiempo mal gastado
que he seguido a mi pesar
tus inquietas banderas,
forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
pues yo te perdono allá
cuatro escudos de paciencia,
diez de ventaja en amar.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Amadores desdichados,
que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Diez años desperdicié,
los mejores de mi edad,
en ser labrador de Amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
aré un alterado mar,
sembré una estéril arena,
cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Una torre fabriqué
del viento en la raridad,
mayor que la de Nembrot,
y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
a la cárcel libertad,
miel dulce al amargo acíbar,
principio al fin, bien al mal.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Luis de Góngora
caduco dios, y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
—que murió, siendo inmortal,
de envidia de mi señora—,
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Baste el tiempo mal gastado
que he seguido a mi pesar
tus inquietas banderas,
forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
pues yo te perdono allá
cuatro escudos de paciencia,
diez de ventaja en amar.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Amadores desdichados,
que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano, ¿qué piedad?
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Diez años desperdicié,
los mejores de mi edad,
en ser labrador de Amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
aré un alterado mar,
sembré una estéril arena,
cogí vergüenza y afán.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Luis de Góngora |
Una torre fabriqué
del viento en la raridad,
mayor que la de Nembrot,
y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
a la cárcel libertad,
miel dulce al amargo acíbar,
principio al fin, bien al mal.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
Luis de Góngora
Mirad en este otro poema de Góngora, que afán de retirarse del mundanal ruido y de las pasiones humanas, eso sí, con un tono cómico y burlesco:
Tip Toland |
Ándeme yo caliente
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
cómo píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver a su Dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
La blanca o roja corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente
Luis de Góngora
También del barroco, siglo XVII, aunque conceptista, es el genial poeta y narrador, Francisco de Quevedo. Veamos este inmortal poema que escribió sobre el poder del dinero y que Paco Ibáñez musicalizó del siguiente modo:
DON DINERO
Poderoso caballero
es don Dinero.
Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales;
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Mas ¿a quién no maravilla
ver en su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla,
y al cobarde hace guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.
Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad;
pero, pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y pues hace las bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Más valen en cualquier tierra
mirad si es harto sagaz,
sus escudos en la paz,
que rodelas en la guerra;
y pues al pobre le entierra
y hace propio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Francisco de Quevedo
Tampoco quiero que os perdáis este otro poema de Quevedo que supone una invectiva contra el poder del dinero y una amarga crítica contra la hipocresía social:
ES AMARGA LA VERDAD
Pues amarga la verdad,
Quiero echarla de la boca;
Y si al alma su hiel toca,
Esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.
¿Quién hace al tuerto galán
Y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
Le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
Sin ser el Dios verdadero
El Dinero.
¿Quién con su fiereza espanta
El Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
Merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
A los cielos la cabeza?
La Pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
Sin ser ungüento, hace humanos,
Pues untándolos las manos
Los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
Con oro y no con acero?
El Dinero.
¿Quién procura que se aleje
Del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo toda Cristiana,
Tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
El desprecio y la tristeza?
La Pobreza.
¿Quién la Montaña derriba
Al Valle; la Hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
Aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
Vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.
Francisco de Quevedo
Vilijus Vaisvila |
ES AMARGA LA VERDAD
Pues amarga la verdad,
Quiero echarla de la boca;
Y si al alma su hiel toca,
Esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.
¿Quién hace al tuerto galán
Y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
Le sirve de Río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
Sin ser el Dios verdadero
El Dinero.
¿Quién con su fiereza espanta
El Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
Merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
A los cielos la cabeza?
La Pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
Sin ser ungüento, hace humanos,
Pues untándolos las manos
Los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
Con oro y no con acero?
El Dinero.
¿Quién procura que se aleje
Del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo toda Cristiana,
Tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
El desprecio y la tristeza?
La Pobreza.
¿Quién la Montaña derriba
Al Valle; la Hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
Aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
Vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.
Francisco de Quevedo
Antonio Machado, el poeta del amor y la melancolía, modernista y cercano también a la generación del 98 en Campos de Castilla, nos deja estos filosóficos versos en sus Proverbios y Cantares que pertenecen a Campos de Castilla, escogidos por Paco Ibáñez:
Antonio Machado |
Nuestas horas son minutos, cuando esperamos saber,
Y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender
Y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender
La envidia de la virtud hizo a Caín criminal
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio es lo que se envidia más.
No extrañeis, dulces amigos,que esté mi frente arrugada;
Yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis
entrañas.
Ayer soñé que veía a Dios y que a Dios hablaba;
Y soñé que Dios me oía... Después soñé que soñaba.
Bueno es saber que los vasos no sirven para beber;
Lo malo es que no sabamos para que sirve la sed.
Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es de pasar,
pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Hay un Español que quiere vivir y a vivir empieza,
Entre una España que muere y otra España que bosteza.
Españolito que vienes al mundo, te garde Dios;
Una de la dos Españas, he de helarte el corazón.
Antonio Machado
Federico García Lorca, poeta y dramaturgo de la generación del 27, parecía presentir en sus versos el terrible final que le había de esperar, con sus escalofríos nocturnos de muerte. Fusilado en 1936, fue el primero de los poetas de su generación en dejarnos.
Federico García Lorca |
En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
¡un grito!, y el cuerno
largo de la hoguera.
Caballito negro.
Federico García Lorca
Del poeta del pueblo, Miguel Hernández, que murió con 31 años de tuberculosis en la cárcel, es este emotivo poema dedicado a los aceituneros de Jaén:
Del poeta del pueblo, Miguel Hernández, que murió con 31 años de tuberculosis en la cárcel, es este emotivo poema dedicado a los aceituneros de Jaén:
Miguel Hernández |
Andaluces de Jaén
andaluces de Jaén
aceituneros altivos
decidme en la alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
aceituneros altivos
decidme en la alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos
los tres dieron hermosura
de los troncos retorcidos
andaluces de Jaén.
y a los planetas unidos
los tres dieron hermosura
de los troncos retorcidos
andaluces de Jaén.
Andaluces de Jaén
aceituneros altivos
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
aceituneros altivos
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos.
Jaén, levántate brava,
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Andaluces de Jaén.
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Andaluces de Jaén.
Andaluces de Jaén
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos ?
Andaluces de Jaén,
andaluces de Jaén.
Miguel Hernández
De León Felipe, poeta zamorano, exiliado en México, es este poema salido desde las entrañas, desde el dolor de la humanidad herida a merced a los elementos, que metafóricamente podríamos leer como políticos en época de posguerra, represalias y censura, o para otros, como para León Felipe de exilio:
COMO TÚ
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
Prasenjit Sengupta |
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
León Felipe
José Agustín Goytisolo, poeta del siglo XX, nos deja unos de los poemas del amor paterno más hermoso que se hayan escrito:
PALABRAS PARA JULIA
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Prasenjit Sengupta |
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
José Agustín Goytisolo
El siguiente poema de Blas de Otero, poeta del desarraigo en la posguerra, nos invita a considerar la palabra como la herramienta fundamental del ser humano para defendernos y abrirnos camino. La palabra siempre nuestra y siempre libre:
Blas de Otero |
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Angel Ramiro Sanchez |
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero
El gran poeta Gabriel Celaya escribe los siguientes versos que podemos considerar poesía social, pues en ellos, se vislumbra ya una búsqueda de cambio, de trabajar unidos para salir del dolor, de la angustia existencial de los primeros momentos de la posguerra.
Gabriel Celaya |
ESPAÑA EN MARCHA
Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.
Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.
Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.
Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.
De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.
¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.
No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.
Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.
Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.
No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.
España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.
Gabriel Celaya
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Vilijus Vaisvila |
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Gabriel Celaya
Rafael Alberti, el grandísimo poeta gaditano, exiliado en diversos países, regresó a España ya en 1977. Poeta de la generación del 27, el más longevo de todos, nacido en 1902, murió en 1999. Exhibe Alberti en sus versos una enorme fuerza lírica y sino comprobémoslo, porque me gustaría que termináramos todos cantando, como lo hizo Ibáñez con Rafael Alberti, vámonos entonces "galopando" y disfrutando de la voz y de la emoción contenida del poeta y del cantautor, juntos, como la música y la poesía, siempre juntas.
Rafael Alberti |
A GALOPAR
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Carolina Marinaro
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Rafael Alberti
Amigos, espero que os haya gustado esta entrada.
Un beso.